La vida está formada por infinitos momentos. Cada uno supone un cambio y cada cambio puede ser tomado de diferentes maneras que se resumen en dos categorías: Para bien o Para mal.

Se trata de saber disfrutar cada instante como su fuera el último y es que... De alguna manera lo es. Cada momento siempre será único e irrepetible a su manera.

¿Cuántas veces deseamos tener una máquina del tiempo para poder volver, aunque sea por un minuto, a todos aquellos momentos que pasamos y nos hicieron ser lo que somos? ¿Cuántas veces deseamos poder regresar para cambiar aquellas palabras que, sin proponernos decimos y de las cuales hasta hoy en día nos seguimos arrepintiendo?

¿Nunca pensaron en que por algo es que no podemos volver?

Es difícil adaptarse al cambio, a los errores, a los aciertos.
Es difícil notar como la gente que te rodea deja de ser la misma para convertirse, a veces, en totales desconocidos.
Pero de eso se trata… De aprender a superar y adaptarse a los cambios de la mejor manera, de mostrar con una sonrisa que vos también cambiaste y que ahora sos mucho más fuerte que en aquel pasado al que tanto queres volver a cambiar lo que hiciste mal…

No te quiero perder nunca! 

Esto se nos va de las manos, míranos; Un día nos odiamos, otro nos amamos. ¿Vos no lo notas? Porque yo sí.
De esos abrazos que anteayer no dábamos, a un miedo inconfesable a mirarnos a la cara. De un avance de 1.000 km a un atraso de 5.000 km.
De admirar nuestra historia a malas verdades; Yo no lo aguanto más, lo siento, pero no puedo.
No puedo hacer siempre como que no pasa nada, como que nada me afecta.
No puedo sacar siempre sonrisas, cuando solo quiero llorar.
No puedo mirar a otro lado siempre que las cosas van mal.